Corro desesperadamente. No estoy segura si me persiguen, pero tengo miedo, tengo la necesidad de huir de los que sea que esté detrás de mi.
Miro hacia atrás, en un intento atemorizante de saber si aún está ahí.
No veo absolutamente nada. Ni siquiera sé si vi oscuridad o luz. Pero sigo dirigiéndome hacia adelante.
Corro aún más. No puedo dejar de moverme. Va a alcanzarme, si me atraso o me detengo aunque sea un instante.
Mientras mis piernas continúan este ritmo, que ya ni controlo de lo cansada que estoy, ¿de qué corro? ¿Qué monstruo me persigue? ¿O es algo real? ¿La verdad, la mentira, la desilución, la ilusión, la tristeza, la soledad?
Creo que dejaré que lo que sea, me llegue. Demasiada curiosidad.
La curiosidad mató al gato.
Empiezo a bajar la velocidad.
¿Hago frente, como una gran muralla impenetrable?
¿Vuelvo a correr, aún más rápido?
Mientras me decido, mis labios dibujan una leve sonrisa.
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