jueves, 15 de julio de 2010

Un sol.

La veo volar, y sonrío con ella.
Puedo ver en su rostro cada sentimiento que experimenta. Lo tiene escrito en la frente, es un libro abierto. Por lo menos para mí.
Cada movimiento que hace es como un paso de baile del momento, sin pensar en lo que hace, deja su cuerpo girar y caer.
Lo que la ayuda en todo esto, la acompaña como si fuese parte de ella.
Todo esto le hace feliz. Cada vez que un nuevo paso le sale bien, una sonrisa de satisfacción la ilumina. Y me ilumina a mí.
Sé que desearía haber demostrado más de sí. Muchas veces se exige de más, no entiende que es prácticamente perfecta. Y casi que la envidiaría, si no fuera que ella no cree lo que le digo.
Parace mentira que no te des cuenta de lo qué hacés, con tus acciones y tus palabras, intentás lo mejor para todos, y te sentís egoista.
Te quiero, porque siempre estás para mí, siempre dispuesta a acompañar y escuchar, a hablar cuando es necesario y a decir lo correcto para mi.
Te quiero porque siento que debo demostrarte cada día lo importante que sos, no solo para mí, sino para el resto de las personas que "ayudás".
Sos un sol, brillante y hermoso, que siempre está ahi. aunque a veces le caiga la noche encima.

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