miércoles, 6 de octubre de 2010

Me habían dicho que esto podía cambiar mi mente. No imaginé qe iba a ser tan efectivo.
Conocer la realidad puede ser muy duro, más aún si lo que desconocemos es tan fuerte. Da muchas cosas que pensar. Pensamientos que antes eran leves y pasajeros, ahora abruman mi cuerpo.
Sencillez, honestidad, belleza tan simple que no conocía. Tan rústica y pobre. Tanta felicidad e igualdad. Ninguna diferencia aparente entre unos y otros.
Nos creemos tanto a veces, personas importantes y nos sentimos mejores que los demás, lo que somos y lo que podemos ser.
No estoy segura si ellos saben lo afortunados que son.
¿Ellos? Sí, porque nosotros somos otro tipo de gente. Personas que pueden llegar a ser crueles, que nos sentimos "solidarios" por donar. La solidaridad no es dar lo que nos sobra, sino lo que el otro necesita.
Abrigo, alimento, educación. "Ellos" no sólo lo aceptan, lo agradecen con tanto ímpetu que roban lágrimas. Llanto de culpabilidad, provocado por la forma de vivir falsa y desagradecida que tenemos e inventamos. La que nos maldice y no nos permite disfrutar los regalos que nos da nuestro planeta. Días soleados y cálidos, paisajes llenos de color y naturaleza sana, noches oscuras y bellas, llenas de estrellas brillando allá en lo alto y profundo que tenemos sobre nuestras cabezas y no logramos ver.
Cuando logremos comprender lo que en realidad es vivir, lo que son las personas, lo que podemos conseguir con tan poco (una felicidas que no conozco y ansío) podremos decir que somos buenas personas, sabias y honestas.

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